"Un mundo": la versión de 

Ángeles Santos

Ángeles Santos Torroella - una de las mujeres sinsombrero

Nació en Portbou el 7 de noviembre de 1911, se inició a dibujar y pintar a los catorce años durante su etapa colegial en el internado de las Esclavas Concepcionistas de Sevilla. Durante su carrera temprana, cuando se transladó a Valladolid recibió clases del pintor italiano Cellino Perotti. A los 18 años pintó uno de sus obras más importantes Un mundo. Primero, arte de Ángeles Santos estaba a caballo entre el surrealismo y el expresionismo. Participó en el IX Salón de Otoño de Madrid el año de 1929, que aumentó su fama. En consecuencia publicaron muchos artículos sobre sus obras. Tuvo su primera exposición individual en Paris en 1931, dos años después fue invitada a exponer en la mustra colectiva del Carnegie Institute de Pittsburgh. En 1936 se casó con el pintor Emilio Grau Sala en Barcelona, donde se había transladado en 1933. En eses tiempos Ángeles se concentó en su matrimonio y el nacimiento de su hijo Julián. Cuando volvió a pintar, sus obras fueron mas postimpresionistas con temas de paisaje  e interiores. En 2005 obtuvo el Premio Cruz de San Jorge de la Generalidad de Cataluña. Falleció el 3 de octubre de 2013 en su casa en Madrid. Fue la última superviviente de la generación de 27.

"Un mundo" es una de las obras más famosas de Santos. 

"Quiero pintar el mundo. El mundo lo que yo he visto.": estas fueran las palabras de Angelita de 17 años a su padre. Él le hizo caso y encargó una tela enorme "para que el mundo cupiera", a la casa Macarrón de Madrid.

Para pintar Un mundo hizo muchísimos dibujos preliminares. Dijo que a veces se despertaba en medio de la noche con una idea, se levantaba y dibujaba.

Ángeles Santos le confesaba al periodista de La Vanguardia Josep Massot, el 12 de julio de 2009: "Quería contarle a los habitantes de Marte cómo era mi mundo, todo lo que había visto. Mi padre encargó en Madrid dos lienzos enteros, que una vez cosidos ocupaban toda la pared de mi cuarto; yo dormía frente a él, pusimos un somier para que cada vez que soñaba con el mundo pudiera pintar. Pinté los lugares que veía desde la ventanilla del tren, pinté Valladolid y Portbou, la escalerita por la que bajaban los ángeles y después se iban al cielo. Me acordaba de aquel poema de Juan Ramón (poema el Alba de Juan Ramón Jiménez): “vagos ángeles malvas / apagan las verdes estrellas / Una cinta tranquila / de suaves violetas / abrazaba amorosa / a la pálida Tierra; lo único que en mi cuadro no las apagaban, las encendían".

Lo primero que atrae nuestra atención es el planeta cúbico. Para esa realización Ángeles tomó la inspiración de Pablo Picasso. Lo interesante es que esa tierra no es redonda, sino tiene tres lados. En cada una hay diferente realidad. Un lado representa un mundo moderno porque hay allí muchos edificios y probablemente representa una ciudad urbana. En otro podemos ver un paisaje desértico. La parte superior y la a la derecha son iluminadas que puede significar la existencia del día. La parte inferior izquierda muestra a una ciudad desconocida, siniestra, desde la que un tren inicia un recorrido que conduce al pueblo representado en la parte inferior derecha: Portbou, donde ella pasó su infancia y al que tenía gran cariño. Las vías del tren ingresan en este nuevo mundo por un pequeño hueco, desplegando su recorrido hacia unos edificios en los que se intuye una estación. Continúan luego hacia arriba y se pierden en el infinito. A los lados la playa, el mar, un areopuerto y un campo de fútbol donde se ven figuras practicando este deporte.

Hay muchísimos símbolos en este cuadro y podemos entenderlos en diferentes maneras. Lo mas importante es que la obra es definitivamente obra maestra. Vale la pena echar un vistazo a diferentes pinturas de Ángeles Santos también, ojalá mas largo…

Aquí añadimos una obras más de Ángeles Santos:

https://uk.pinterest.com/explore/angeles-santos-938774534203/